Tod@s lo sabemos. Cualquier persona está mucho más radiante y tiene mejor aspecto cuando se encuentra bien. Sin ansiedad, estrés, sin problemas. Su mente se siente bien y eso se refleja en su cuerpo… y también en su piel. Es por esto, que hoy vamos a hablarte de cómo puede ayudar el mindfulness a tu piel
Las investigaciones han demostrado que existe una fuerte conexión entre tu cerebro y tu piel. Mantienen una estrecha comunicación y el malestar de uno se transmite al otro. Es ahí donde el mindfulness tiene mucho que decir.
Si practicas mindfulness habitualmente, o como nos gusta decirlo a nosotras, si mindfulneas, lograrás reducir el malestar de tu mente y tu estrés. Tu cerebro transmitirá ese bienestar a tu piel y, poco a poco, esta empezará a estar mejor.
Mindfulness en la vida cotidiana
La finalidad última de la mente es pensar. Y lo hace de maravilla, pero a veces… se pasa. Piensas en cuatro cosas a la vez mientras haces una quinta, te acuerdas del pasado, planificas el futuro y así, las 24 horas de los 365 días al año. Y luego no entiendes por qué llegas tan agotad@ a las vacaciones. Si lo raro es que logres llegar.
Esta actividad continua de la mente, junto a nuestra gran facilidad para magnificar cualquier cosita, hace que nuestro estado mental general se encuentre bastante agitado.
Y es en esto en lo que se centra el mindfulness precisamente. En acallar la mente, liberarte, para centrarte en el resto de ti mism@. De esta manera, puedes sentir, descubrir y conocer muchas cosas que hasta ahora te habían pasado inadvertidas. Y con toda esa información nueva, analizar y tomar mejores decisiones.
Sé feliz en el momento, es suficiente. El momento presente es lo
único que necesitamos, nada más.
Los pilares fundamentales del mindfulness son:
- la curiosidad
- la apertura
- y la aceptación
La aplicación del mindfulness para obtener beneficios físicos no es algo nuevo. Las primeras investigaciones científicas centradas en estas técnicas son de la década de los 70. Casi nada ¿verdad?
Desde entonces hasta la actualidad la mayoría de las investigaciones se centran en descubrir los beneficios que el mindfulness puede tener en distintas situaciones como la ansiedad, la depresión y enfermedades cutáneas como la psoriasis. También para otras no tan relacionadas con la mente como la hipertensión, la diabetes y otras enfermedades crónicas.
Mindfulness, qué puede hacer por tu piel
Te estarás preguntando que eso qué tiene que ver con el estado de tu piel. ¡¡¡Pues todo!!! Hoy en día se sabe que el cerebro está directamente conectado con algunos de nuestros órganos, como el corazón, el estómago y… exacto… la piel.
Existe un “eje” cerebro-piel que los conecta de una manera muy profunda, haciendo que, lo que le suceda a uno, le afecte al otro. De esta manera, el ritmo frenético de nuestro día a día, el estrés, el miedo y tantas cosas que alcanzan a nuestro cerebro cada pocos segundos no sólo nos acaban agotando mentalmente, sino que también acaban causando estragos en nuestra piel.
Tu cuerpo está preparado para lidiar con todo esto sin que cause demasiadas complicaciones. Sin embargo, los problemas aparecen cuando tu cerebro se ve sobrepasado por todas estas situaciones, cuando se cronifican o no tiene tiempo para recuperarse.
En ese momento tu cerebro le envía señales a tu piel diciéndole que hay algo que no va bien y que se ponga a la defensiva. Al alagar mucho esta situación, tu piel acaba sufriendo una micro-inflamación crónica que empieza a dañar su estructura y a desorganizarla.
Por eso es tan importante cortar este ciclo negativo y el mindfulness es una de las cosas que puede ayudarte a conseguirlo. Si calmas tu mente, las cosas dejan de ir mal para el cerebro y relaja el estado de alarma que le había ordenado a la piel.
Y es que ya lo decían los romanos <<mens sana in corpore sano>>. En Unavida nos apuntamos al carro, pero siempre a nuestro estilo y reinterpretamos esta frase por “piel sana en mente relajada”. ¡Qué listos estos romanos!
¿Y tú, te apuntas al reto UNAVIDA? Mindfulnea y cuéntanoslo 🤗