Muchxs de vosotrxs nos preguntáis a diario cómo podríais tener una piel bonita y resplandeciente. Pues ahí va la respuesta a la gran pregunta: “consiguiendo tener una piel sana y funcional”. Peeeero, las cosas nunca son tan bonitas como parecen. La trampa es que esto no puede conseguirse de la noche a la mañana y, aparte de constancia, seguramente tengas que cambiar o adoptar algunos pequeños hábitos para poder conseguirlo.
Aun así, no tienes nada de lo que preocuparte. Unavida está aquí para ayudarte en todo lo que necesites y para apoyarte en tu camino hacia el bienestar de tu piel. De momento, hoy te traigo unos cuantos tips para que puedas ir empezando poco a poco y así no te cueste.
Por qué es importante tener una piel sana
Es importante que recuerdes que la piel es un órgano, como lo son los pulmones o el corazón, y que es fundamental para la vida. Sin piel, o con una piel que no funcionase en absoluto, no podríamos sobrevivir. Muchas veces se nos olvida su importancia porque no se dan casos en los que la piel, simplemente, deje de funcionar de una manera global, como puede pasarle al corazón. Pero esto no quiere decir que no sea importante mantenerla saludable.
Igual no sepas que la piel no es un órgano aislado que va a lo suyo. Se conecta con otros órganos, con algunos de manera muy estrecha como con el sistema nervioso (cerebro) y con el digestivo (estómago). Lo que le pasa a uno influye en los demás. Además, aunque la propia piel tenga zonas, capas y células distintas y separadas, todas trabajan en conjunto. Así que, de nuevo, lo que le pasa a una, se refleja en las demás.
Mantener una piel sana y saludable disminuye las probabilidades de que sufras sensibilidad o irritación en ella. Cuanto más “fuerte” esté, mejor podrá defenderse de las agresiones y plantarles cara sin sufrir consecuencias desagradables. Seguro que una piel sensible, o con ciertos problemas, sabe de lo que hablo. Si las células están dedicadas a combatir una micro-inflamación crónica, no van a tener tiempo de hacer sus funciones diarias y esto a la larga hace que cada vez, y poco a poco, la piel se deteriore y funcione cada vez peor. ¿Y cuál es la consecuencia de esto? Se pierden las características de una piel sana. Es decir, se consigue una piel menos funcional, apagada, con una función barrera deficiente, áspera, deshidratada (que no necesariamente seca), desequilibrada y con líneas de expresión más marcadas.
Cómo puedes mantener una piel sana y bonita naturalmente
Hay personas que creen que con usar cosmética natural o productos naturales ya van a conseguir tener una piel saludable. Sin embargo, esto no es así. Que un producto sea natural no significa que automáticamente por el simple hecho de ser natural ya vaya a ser bueno para tu piel.
Por un lado, puede ser que ese producto no encaje con las necesidades específicas que requiere tu cutis para mantenerse sano y funcionar correctamente por él mismo. Y, por otro lado, también hay que tener en cuenta que muchas plantas contienen sustancias que no son buenas para nuestro cuerpo. De hecho, en esos casos, hay que asegurarse de que esas sustancias potencialmente nocivas no están en cantidades a las que realmente puedan suponer un riesgo.
En realidad, lo primero que tienes que tener claro, en mayúscula e incluso subrayado dentro de un protocolo de piel sana es la constancia. Si no eres constante y solo sigues la rutina muy de vez en cuando, no vas a ver resultados. Eso sí que te lo garantizo.
Una vez que ya has conseguido continuidad en tu rutina, tienes que buscar cosméticos que estén diseñados para fomentar y mantener que la piel funcione bien por si misma. La solución no es darle a la piel más agua o más lípidos. Eso está bien a corto plazo, pero si quieres conseguir una piel sana tienes que centrarte en el medio/largo plazo. Tendrá que llevar ingredientes que le aporten las herramientas necesarias para que ella pueda llevar a cabo sus funciones de forma apropiada. Una buena manera de empezar es con ingredientes que corten el círculo vicioso de la micro inflamación cronificada. Y activos que ayuden a las capas superiores a formarse y desarrollarse correctamente, permitiendo volver a la situación de homeostasis (equilibrio) también es fundamental. De esta manera, las células no tendrán tantas emergencias que atender y podrán dedicarse a sus labores diarias de mantenimiento y estructura.
Qué más puedes hacer para tener conseguirla
No debes olvidar que todo esto se puede conseguir con cosmética hasta cierto punto. Por eso, será necesario que también ayudes a tu piel desde otros caminos como puede ser una alimentación acorde y unos hábitos de vida que fomenten tu objetivo. Además, como ya sabes, el estrés causa grandes estragos en el desequilibrio de la piel, por eso será también muy importante que no te olvides de reducir al máximo posible tus niveles de estrés y ansiedad.
Y si me preguntas después de todo esto, que para mí cuál es la clave para tener una piel sana, sin duda te diría: “comprar y usar productos cosméticos que promuevan el buen funcionamiento de tu piel y sean capaces de mantener tu piel saludable, siempre de un laboratorio confiable que esté dispuesto a responder a todas tus dudas”.