Igual nunca has oído hablar de la palabra homeostasis. No te preocupes, es lo más normal del mundo, porque es un término más científico y técnico. ¿Y qué es esto de la homeostasis? Aunque suene un poco raro, es algo bastante sencillo. Hace referencia a la situación de equilibrio del cuerpo, de un tejido o de una célula. Hoy, te hablo de la importancia de restaurar y mantener tu piel en equilibrio. Hoy, pongo la mirada en la homeostasis de la piel.
¿Qué es eso del equilibrio de la piel?
La piel, para poder funcionar bien y mantenerse en buen estado, necesita estar siempre en un entorno favorable para ella. En un entorno que le facilite el poder llevar a cabo sus labores diarias con normalidad.
Tu piel sufre agresiones y cambios constantemente de forma diaria. Cambios que afectan a esta situación óptima en la que funciona mejor el cuerpo. Y el organismo es capaz de amoldarse a esos cambios y de responder para volver a conseguir su estado de equilibrio. Si hace falta más temperatura, pone en marcha la maquinaria para generar calor. Si nos hemos hecho una herida, recluta a las células encargadas de cicatrizar y las pone “a full” a esta tarea. Todo por mantener su integridad y las condiciones óptimas para ella.
Piel equilibrada, piel que puede autorregularse
Tu cuerpo está perfectamente preparado para hacer esto, para llevar a cabo pequeños cambios con el fin de volver a su situación ideal y seguir con sus tareas habituales. El problema está cuando esas agresiones se cronifican y empiezan a afectar a su habilidad por volver a su situación de equilibrio.
Es en este momento cuando todo empieza a ir mal. La piel está centrada constantemente en intentar volver a su equilibrio, no pudiendo ocuparse tanto como debería del resto de actividades que tiene que hacer.
A mí siempre me gusta poner como metáfora un bote en el agua. Si todo va bien, aparte del mantenimiento normal del bote, tienes que preocuparte de remar y orientarte para mantenerte en la dirección deseada. Pero si las labores de mantenimiento se exceden porque, por ejemplo, aparece un agujero en la base del bote, ya no puedes seguir remando, orientándote y avanzando. Tu prioridad ahora es arreglar el agujero y achicar el agua que va entrando. Pero si entra demasiada agua, ya es muy difícil incluso que puedas dedicarte a reparar el agujero e, instintivamente, solo intentes que el bote no se hunda. Te cansarás y cada vez irás más despacio y lo harás peor. Has dejado de avanzar.
Algo parecido, eso sí, menos drástico y dramático, le puede pasar a tu piel. Si está demasiado ocupada trabajando en tareas que no son las habituales y necesarias para que todo vaya bien, no puede encargarse a la vez de las cosas del día a día. Que ya te adelanto que, aunque no lo parezca, son muchíííísimas cosas.
Consecuencias de perder el equilibrio de la piel
El acúmulo de estos problemas, que hacen que tu piel se desequilibre y no sea capaz de volver por sí misma a su situación de partida, causa a largo plazo una serie de problemas en la piel.
Se disminuye el trabajo diario y esto se traduce en que se crean menos proteínas, estructuras y compuestos que necesita la piel. También se aceleran e incrementan las actividades de degradación y “destrucción” de estructuras de la piel. Y se dificulta la reparación de las zonas afectadas y la generación o diferenciación de nuevas células totalmente funcionales.
Eso sí, quiero puntualizar una cosa. No te creas que todo esto se puede revertir con un cosmético. El paso del tiempo tiene este tipo de consecuencias en nosotros. Es así, es la vida. Pero todas estas consecuencias se pueden ver muy magnificadas y que aparezcan antes de tiempo si no llevas un estilo de vida saludable y no proteges y cuidas tu piel de los efectos de este extra de agresiones y problemas que enfrenta tu piel a diario. Es en esos puntos en los que la cosmética tiene mucho que ofrecer.
Es como la alimentación. Una alimentación sana no va a hacer que no envejezcas, eso es imposible. Pero si va a ayudar a que envejezcas bien, manteniendo tu calidad de vida. En tu piel, esto puede ser igual.
Cosméticos para equilibrar la piel
Siento decirte que no cualquier cosmético va a ayudar a tu piel a volver a su situación de homeostasis. No todos siguen esta estrategia en su diseño. De hecho, hay muchos que no siguen ningún tipo de estrategia y se centran más en las sensaciones y los parches rápidos, que no ayudan a mantener la piel en su estado óptimo.
Por desgracia, esto no es fácil de identificar con un producto en la mano. No solo depende de que tenga o no ingredientes funcionales, sino también de la combinación de los mismos, de su composición general y de las concentraciones. Y muchas de estas cosas es imposible identificarlas en una etiqueta, ni siquiera por parte de un experto.
Pero no te agobies, porque hay mucha información en la etiqueta de un cosmético que te puede ayudar a ver si realmente es posible que ese producto ayude al equilibrio de tu piel. Aquí tienes algunos ejemplos:
- El tipo de claims o alegaciones (beneficios para tu piel) que promete el producto. Desconfía de aquellos productos que parecen mejor que un medicamento. ¿Te va a quitar eczemas, psoriasis o similar? Red Flag a la vista.
- ¿El producto sirve para todo y aún así la marca te vende otros productos similares y no solo se diferencian en olor y textura? Si realmente va a ayudar a tu piel a alcanzar y mantener su homeostasis, es cierto que la piel se va a ver mejor en general. Ojo, cosas demasiado específicas no, para eso se necesitarán otro tipo de productos. Pero si ya tienen una crema que lo hace, ¿por qué sacan 2 más para lo mismo y también una mascarilla que vuelve a repetir el listado de bondades? Puede ser que lleven fragancias distintas o texturas un poco más ligeras para adaptarse a los gustos de cada uno, eso es verdad, pero si son muy similares en esas cosas… desconfía.
- No cumplen con los requisitos legales de etiquetado… súper Red Flag.
- Usan demasiadas palabras de moda, un poco raras y sin explicarlas bien además. Es decir, el marketing es el que manda en la empresa. ¡Huye!
- Marcas que explican demasiado qué hacen los ingredientes por separado y aislados de su fórmula, dando un listado enoooorme de beneficios en cada uno con efectos genéricos como antimicrobiano, antioxidante, etc. La mayoría están basados en conocimientos “tradicionales” sin demostrar o en artículos aislados que no siempre son del todo extrapolables a esos activos concretos.
Estos son unos cuantos tips en los que fijarte para saber si el producto cosmético que quieres comprar puede estar basado realmente en la estrategia de recuperación y mantenimiento del equilibrio de la piel.
Lo que sí puedo asegurarte es que las emulsiones de Unavida las hemos diseñado con esta estrategia de búsqueda del equilibrio de la piel. Todas tienen este objetivo en su mente y luego, a mayores, cada una añade unas actividades extra específicas para las necesidades más generales de cada zona a las que están destinadas.