Conocer e interesarse por lo que te vas a poner en la piel está de moda. Incluso es hasta “cool” leer a fondo la etiqueta de algo antes de comprarlo. No voy a meterme en si es o no cool, pero desde luego, creo que fijarse en las etiquetas de los cosméticos es ser responsable. Aunque, ¿realmente entendemos toda la información que nos ofrece el producto?
Este es un tema complejo, así que me parece una buena idea que te sientes cómodamente y prestes toda tu atención, porque, después de aprender estos trucos, no habrá etiquetado que se te resista. Así que, prepárate un té o enciende una barrita de incienso… lo que prefieras para relajarte y abrir tu mente a nueva información 😉.
Antes de comenzar me gustaría aclarar que algunas de estas reglas solo son válidas para la Unión Europea. En otros países los requisitos de etiquetado varían. Si te interesa en particular algún otro país, no dudes en escribirnos e intentaremos despejar aquellas dudas que puedas tener.
No te fijes sólo en lo que está escrito, lo que falta también nos dice mucho
Una de las informaciones más importantes que puede desvelarte un etiquetado es la seriedad y confiabilidad de la marca. Estoy segura de que te sorprenderías muchísimo al ver los nombres de algunas de las marcas que fallarían en este punto si las analizáramos. Y no estamos hablando de marcas de cosmética casera que se venden a muy pequeña escala, sino de empresas que facturan bastante dinero al año. Por eso, creemos que este punto es uno de los más importantes.
El reglamento cosmético indica claramente la información mínima que hay que poner en las etiquetas de los cosméticos. Y si alguna de esas cosas falta, te puede indicar que la marca no cumple rigurosamente con la legislación que aplica a los cosméticos. Quizás no cuenten en plantilla con un experto en regulatory, no se hayan informado a fondo o simplemente sean un poco laxos en la interpretación y la aplicación de la normativa.
Dirección
Uno de esos puntos mínimos a incluir y que no siempre vas a encontrar es el nombre de la empresa legalmente responsable de los productos y, sobre todo, la dirección en la que pone a disposición de las autoridades los expedientes de información y seguridad de los productos. Si ha sido fabricado fuera de la unión europea, es imprescindible que ponga, además, el país de fabricación.
Función de los cosméticos en el facing de las etiquetas
El facing es la parte delantera o principal del envase o caja del producto. Aquí, debe especificarse la función principal del cosmético; salvo que se deduzca muy fácilmente por el tipo y forma de producto. No tiene por qué estar todos beneficios de la fórmula, esto puede ponerse en otras partes, pero si para qué está destinado. Por ejemplo, si es una crema facial, un contorno de ojos o un desodorante.
Idioma de las etiquetas, fundamental en los cosméticos
Cada país suele indicar uno o varios idiomas en los que deberá aparecer la información más importante para la seguridad del consumidor. En España es el castellano. Es decir, que si un producto cosmético se vende en España, ciertas cosas del etiquetado, como la función principal o las precauciones de uso, deberán estar obligatoriamente al menos en castellano. Una excepción a esta norma sería que se comercialice solo por internet directamente desde su país de origen (sin pasar por ningún almacén en otro país).
Listado de ingredientes
Esta es una de las partes más complicadas de entender en las etiquetas de los cosméticos, sobre todo porque no hay reglas o cosas buenas o malas universales, sino que algo será mejor o peor dependiendo del tipo de producto, del tipo de piel que se tenga, etc.
Muchos consumidores buscan productos lo más naturales posibles y revisan el listado de ingredientes para ver si pone muchos nombres raros que suenen a algo químico para decidir comprar o no el producto. Sin embargo, esto no quiere decir nada. Que tengan nombres raros no quiere decir automáticamente que sean sintéticos, ni al revés. El ingrediente propanediol, aunque suene a químico total, puede ser de origen natural (no siempre) al obtenerse gracias a microorganismos. Los extractos de plantas se identifican con el nombre científico (en latín) y la palabra extract. Pero solo esto no indica tampoco nada, ya que si se ha obtenido con un solvente o un proceso no aceptado, puede hacer que todo el ingrediente se considere sintético.
Es muy complicado, lo sabemos. Pero no te preocupes porque post a post te iremos contando más para que realmente llegues a entender todo lo que pone. ¡En un único post es imposible de resumir!
En las etiquetas de los cosméticos, el orden importa
Los ingredientes se tienen que indicar en orden decreciente. Es decir, los que veas en las primeras posiciones son los que están en mayor cantidad en el producto. Aquí, lo normal es que el primer ingrediente sea agua (salvo que sea una pasta, un aceite o similar).
Esto es muy importante si tienes la piel bastante grasa. De hecho, si es una crema hidratante, de tratamiento o un sérum y el primer ingrediente no es agua, es muy probable que ese producto no te vaya a ir bien. Y si te gustan los productos muy ligeros de rápida absorción, en el caso de cremas y sérum, también debes fijarte en esto.
El orden de mayor a menor cantidad solo se aplica hasta un 1% de concentración. A partir de ahí se pueden poner en el orden que se prefiera. Y aunque te pueda parecer que por debajo del 1% apenas habrá cosas, en realidad gran parte de la fórmula se encuentra en este rango, principalmente los ingredientes activos. Sé lo que estás pensando… y en la mayoría de las ocasiones un 1% de un ingredientes activo es una concentración muy alta.
Esto hace que más que en el orden, hay que fijarse en la presencia o ausencia de cierto tipo de ingredientes. El orden solo será significativo para los primeros ingredientes y, sobre todo, nos va a indicar si será adecuado o no para nuestro tipo de piel y nuestras preferencias.
¿Cuánta más cantidad de un activo mejor?
Esto último no suele aparecer en las etiquetas, aunque ahora está cada vez más de moda ponerlo cuando el % es alto. Sin embargo, a lo largo de toda nuestra carrera, nos hemos encontrado con una pregunta que se repite constantemente y no he podido dejar de mencionarla: “¿qué cantidad del ingrediente X lleva este producto? Porque quiero que lleve mucho para que sea más eficaz”. Pero ¿sabes qué? Eso no funciona así. No porque tenga más cantidad, va a ser más efectivo.
Cada ingrediente tiene su rango de concentración óptimo. Si pones más de lo que debes, no solo no vas a conseguir más resultados, sino que en algunas ocasiones, puede ser incluso peor. La eficacia depende de la calidad del ingrediente y de cómo haya sido obtenido. Lo ideal es que se demuestre, en ese ingrediente en concreto, que tiene la eficacia que se le atribuye en la cantidad puesta en el cosmético. Por desgracia, esto no se ve en una etiqueta…
Hemos visto unos cuantos tips en los que debes fijarte en las etiquetas de los cosméticos que te llamen la atención, antes de valorar comprarlo. No hemos podido diseccionar absolutamente todo lo que viene en ellas por razones de tiempo, ¡pero esperamos que sea suficiente para que no se te resista ni una!
Si quieres que hagamos una segunda parte del post hablando de lo que nos falta, dínoslo y ¡estaremos encantadas de escribirlo! Y si no te quieres perder nada, apúntate a nuestra newsletter y recibirás todos nuestros consejos.