Ya sabes que en Unavida nos encanta descubrir y aplicar nuevos conceptos que pueden incrementar nuestro bienestar. Y el hygge es uno de ellos. Seguro que cuando lo conozcas, te gustará tantísimo como a nosotras. Eso sí, no quiere decir que vaya a ser fácil de introducir en tu rutina diaria. Al final, implementar cambios duraderos en el día a día cuesta un poquito.
Pero, ¿qué es esto del hygge?
Quiero que visualices y recuerdes las sensaciones que tienes cuando estás en el sofá calentitx con una mantita y una peli mientras fuera, en la calle, está nevando. O ese maravilloso olor que te invade cuando inspiras profundamente al salir a la calle (o mejor aún a un jardín) en los días de lluvia. Incluso esa gran sensación cuando estás disfrutando tanto de esa sobremesa con tus seres queridos.
¿Te lo has imaginado? Pues ahora intenta identificar el mood o estado de ánimo que te ha dejado. Es bueno, ¿verdad? Como acogedor, íntimo y sobre todo muy agradable… pues bien… eso es hygge.
Hygge es una palabra danesa que realmente no tiene una traducción al español. Hace referencia a un estado de ánimo o sensación de bienestar y satisfacción. Estar relajado, tener sentimientos acogedores y entrañables y ser consciente de ellos mientras los estás teniendo.
Orígenes del hygge
A diferencia de otras filosofías o conceptos de bienestar de los que os hemos ido hablando, el hygge no está directamente basado en algún aspecto de una cultura ancestral. Es un “estilo de vida” bastante moderno, de finales del siglo XX. Se pronuncia “h(j)u:ge” y a menudo se traduce como “lo acogedor y divertido”.
Aunque los orígenes de esta palabra son muy antiguos, su significado actual sí es reciente, ya que es un concepto que ha ido poco a poco evolucionando para adaptarse a las características y estilo de vida del pueblo danés.
Si bien es cierto que en su país de origen se aplica mucho al hogar y a actividades que puedes llevar a cabo en casa, solx o acompañadx; en realidad, no tiene por qué limitarse únicamente a esto. Los daneses, debido al clima de su país y su forma de ser, tradicionalmente pasan mucho tiempo en sus hogares, haciendo mucha vida en casa. Por eso, suelen relacionar o poner en práctica el hygge haciendo que sus hogares sean más cálidos y organizando actividades caseras que les haga más felices: crear un espacio acogedor en casa o fomentar actividades en las que suelas tener estas sensaciones, tanto solos como acompañados.
Pero ya sabes que en Unavida nos encanta coger estos nuevos conceptos y adaptarlos a nuestros estilos de vida, necesidades y bienestar. Por eso, te proponemos que empieces a aplicar el hygge tanto dentro como fuera de tu casa y en tus actividades diarias.
Cómo puedes aplicarlo a tu día a día
La esencia del hygge es sentirse en casa, relajado y disfrutando de los pequeños detalles y placeres que te regala el momento presente que estés viviendo. Su finalidad es cuidar tu mente e incrementar, aunque sea un poquito, tu bienestar.
La clave está en ser consciente de las pequeñas cosas con las que tanto disfrutas, esas que se recuerdan luego con tanto cariño cuando faltan y que, en definitiva, son la salsa de la vida. Es más fácil si te lo tomas como una actitud frente a la vida, una especie de mindfulness aplicado o slow living.
Para ello, debes empezar por ser más consciente de todo aquello que vives en el día y centrarte en esas situaciones en las que hay algo que te gusta o te hace sentir bien. Da igual lo grandes o pequeñas que sean, detalles o hechos importantes. Lo esencial es reconocer que eso nos está haciendo bien.
Una vez que te das cuenta de que está pasando y de que está siendo bueno para ti, entonces deberás concentrarte en ello. De esta manera, lo disfrutarás plenamente y quedará en tu mente una mayor sensación de bienestar y agradecimiento. Es probable que te recuerde a la atención plena del mindfulness: vivir en el momento presente, concentrarse y disfrutar del ahora. Y es que es cierto, están muy relacionados.
¿En qué te puedes centrar para que te sea más fácil?
Te voy a dar una serie de pautas o consejos en los que puedes comenzar a trabajar, para que te sea más fácil implementar el hygge en tu vida.
- Crea tu rutina y guárdate un ratito al día para ser consciente del hygge. Planea alguna actividad que sepas que te relaja y te hace disfrutar. Puede ser solo o con alguien más, pero que sea diario. Lo importante es que lo agendes y no te lo saltes. Es más fácil empezar a concentrarte en lo bueno si estás haciendo algo que ya sabes que te agrada.
- Intenta salir de tu zona de confort y concentrarte para sentirte bien allí donde estés. Ve variando el lugar, que no siempre sea en casa o algún sitio muy familiar. Lo importante es que empieces a “llevar el hogar contigo” y puedas sentir esa actitud hogareña, ese estar a gusto, en cualquier lugar. Una buena manera de empezar es estar atentx a los pequeños detalles que pueden hacer que te encuentres más cómodo: ese olor rico, esa tranquilidad en el ambiente o esas risas de fondo que te contagian su alegría.
- Si al principio te esta costando un poco adaptarte a ver lo bueno y lo familiar, puedes intentar ayudarte modificando tu entorno. Enciende esa barrita de incienso que tanto te gusta, prepárate un café con extra de cacao si eso te hace feliz o hazte con una infusión. La música también puede ser un gran desencadenante de sensaciones… puedes intentar crearte una lista de reproducción hygge y ponértela cuando necesites un poquito de ayuda extra.
Espero que te haya gustado la filosofía o actitud frente a la vida que te he traído hoy. La verdad es que estoy convencida que llevarla a la práctica un poco adaptada a ti y a tu vida puede ayudarte mucho a acercarte al bienestar global. ¿Qué te ha parecido, la conocías? ¿Quieres que te sigamos hablando de este tipo de temas? Nos ayudaría mucho conocer tu opinión y saber qué cosas son las que más te interesan. ¡Te leo!