Qué son las emociones secundarias y cuáles son

Ya te he hablado sobre las emociones, qué emociones primarias existen y cómo son las innatas y más universales. Hoy, vamos a ver qué son las emociones secundarias y cuáles son. Estas no nacen de forma automática o instintiva, como ocurre en el caso de las primarias. Vamos a ir pasito a pasito porque es algo complejo (como el ser humano) y que hay que entender bien.

Qué son las emociones secundarias

Son las formadas por dos o más emociones primarias y, sobre todo, aquellas que vamos aprendiendo a base de vivir. Por nuestras experiencias, por nuestras relaciones con los demás, por expectativas ante distintas situaciones, por las normas morales y sociales…

Estas emociones también llamadas sociales, al ser aprendidas, se requiere una cierta capacidad cognitiva y consciencia, por eso, empiezas a desarrollarlas alrededor de los 2 o 3 años y hasta la vejez. Cuando ya se tienen asentados vínculos con los cuidadores y se ha adquirido cierta capacidad lingüística.

No son universales en ningún caso, o sea, que no son iguales en todas las culturas, aunque puedan tener ciertas similitudes. Están profundamente ligadas al contexto familiar, social, cultural y geográfico.

Y, además, contribuyen a la formación de una identidad y hace que nos diferenciemos los unos de los otros. Influyen en la autoestima y la forma en la que te percibes a ti mismx.

Cuáles son las emociones secundarias

Pues si ya hay controversia sobre las emociones primarias, no te quiero contar con las secundarias. Lo que sí te puedo asegurar es que la mayoría de los expertos, consideran entre las emociones secundarias “universales” las siguientes cinco:

Vergüenza

Es el miedo a que los demás no te acepten socialmente y/o un temor a quedar en ridículo. Que no te consideren válidx o que percibas que te encuentras en un estatus inferior al que te gustaría estar. Produce malestar, haciendo que evites situaciones o te escondas por adaptarte a las expectativas de los demás a costa de tu propia personalidad.

Culpa

Nace de la sensación de haber hecho algo que crees que no tendrías que haber hecho. Trabalenguas, pero es así. Es un sentimiento que supone una carga muy grande, e incluso puedes pensar que mereces un castigo por ello. Es una de las emociones más dolorosas.

Orgullo

En su justa medida, es una emoción adaptativa y beneficiosa porque mejora la autoestima y la seguridad. Sin embargo, un exceso, puede traer repercusiones negativas en tus relaciones sociales.

Placer

Tal y como estarás pensando, el places es una sensación agradable que experimentas cuando tus necesidades son satisfechas. Te motiva para el aprendizaje de comportamientos fundamentales para la supervivencia, como son comer, dormir o reproducirse. También sirve para otros ámbitos que no tienen una base biológica como las aficiones, las relaciones sociales o el trabajo.

El problema viene porque se puede dar el caso de querer tapar miedos y suprimir la toma de decisiones responsables, mediante el abuso excesivo de cualquier tipo de hecho que aporte placer al cerebro.

Celos

Estos aparecen cuando percibes una amenaza hacia algo que consideras propio, pensando que le pueden hacer daño o te lo puede arrebatar. En la mayoría de los casos surgen por una falta de autoestima y desconfianza.

¿Qué otras completan este listado de emociones secundarias?

• Amor = alegría y la confianza
• Optimismo = anticipación y la alegría
• Sumisión = miedo y la confianza
• Remordimiento = tristeza y aversión
• Desprecio = la ira y la aversión
• Decepción = sorpresa y tristeza
• Agresividad = ira y la anticipación
• Curiosidad = la sorpresa y la confianza
• Orgullo = la alegría y la ira
• Fatalismo = la confianza y la anticipación
• Ansiedad = la anticipación y el miedo
• Desesperación = la tristeza y el miedo
• Incredulidad = la aversión y la sorpresa
• Envidia = la ira y la tristeza
• Cinismo = aversión y anticipación

Y así hasta cientos de ellas como la morbosidad, el deleite, la dominación, la indignación, el pesimismo entre muchas otras.

Estas emociones no son tan fácilmente identificables como las básicas o primarias. Por eso, hay que prestarles más atención para buscar un equilibrio emocional y mental para vivir y convivir de la mejor forma posible. Por supuesto que no es posible dejar de sentir emociones; pero si es posible emplear técnicas de gestión de las emociones que te permitan expresarte y reaccionar de la mejor forma posible cuando aparecen. Las emociones no se deben reprimir, se deben canalizar. Se deben controlar y no dejar que te controlen.